Me despierto con la certeza de que algo ha pasado, no cualquier cosa, pero solo es una sospecha. No siento mi interior; mi alma ha sufrido, lo sé porque me reclama. Mi alma está enferma; puedo verla seca y arrugada. Mil recuerdos extraños vienen a mi cabeza y una voz que repite, como torturando mi corazón:
- "Lo que hagas hoy será pecado".
Una música masoquista que juega con mi mal; mi entorno está callado, como si fuera el fin del mundo... Ha pasado algo malo. Una voz tierna y dulce complice del llanto me golpea en los ojos.
Tengo en mi mente dos caras que me incitan a ser violento, a ser y no ser. Están ahí, riéndose, haciendo tal vez lo que yo haría en ese evento. Me duelen los pulmones, pues el aire está lleno, como un apoyo en la medianoche. Mis entrañas gimen, pues ahí deposito toda la rabia oscura y frívola.
Mi mente es una fábrica de hechos que me enferman; ella trabaja silenciosa y precavida mientras mi cuerpo descansa. Pero ya basta, no quiero escuchar más esa frase...
...He soñado contigo y despierto odiándote en el subconsciente, pues no es fácil; pero debo estar aquí, junto a la realidad, y te amo al final del encuentro, al encuentro con la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario