Esta existencia no existe, no importa, no trasciende, la de nadie en realidad. Somos sólo un fotograma de una fantasía universal, la de nadie, por que nadie existirá.
El rol de vivir, incómodo al respirar, luces que hacen turno en los párpados. Pobre de mi madre, que sólo nació para llamarse nadie, pobre del ego que se prende húmedo.
La realidad, coloreada con prejuicios, con reglas que al pasar de los años nunca rigieron nada.