domingo, 23 de febrero de 2014

Escuchar el silencio

Vivo en un mundo extraño. Cada mañana parece una noche, y cada noche, otra noche. Río y amo devotamente, lloro igualmente y amo mucho más.

Supongo que cada cosa contiene su eje, aunque aún no entiendo la forma del eje artístico. Por cada sonrisa, brotan mil lágrimas y llenan una fuente malvada; en el centro, una plaza donde beben los cuervos, sumergidas las calaveras de ellas mismas. Mueren por su propio acto.

Esta vida me dio pánico, amigo loco e irregular, pero al final, nunca nos pasó nada.

Pasear por la vida con los ojos cerrados, vestido de negro, con sombrero y lentes, ¡es tan hermoso! Iluminar los minutos de infarto debe ser tan hermoso.

Vivir sin escuchar el silencio, debe ser tan hermoso.

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