Es difícil; nadie es realmente alguien, solo ideas enfermas y en deterioro. Pero, imagina por un momento: si fueras alguien, habitarías donde quisieras, no donde te toca; no trabajarías, ni lucharías, y mucho menos te perderías, porque ya serías alguien.
Si fueras alguien, sabrías la verdad, y eso seguramente te convertiría en la misma maldita idea. ¡Dejarías de ser!
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