viernes, 4 de marzo de 2016

Manifiesto

Cambié un mar de tranquilidad por una tormenta de problemas. Antes de meterte con alguien debes averiguar toda su vida. TODA!

domingo, 18 de octubre de 2015

Hecho una mierda

Tenemos que aceptarlo. Nuestro noviazgo está hecho un desastre. Podemos amarnos hasta el infinito, pero no soportamos ni siquiera mirarnos a los ojos.

Tu mirada sin brillo, tus besos sin pasión, y mis palabras hirientes lo han destrozado todo. Hemos contaminado el manantial sagrado que una vez habitó en nuestro hogar, como si explotáramos minería con mercurio.

Tengo tanto miedo por nuestra bebé. Es tan joven e inocente, ajena a todo lo que sucede a su alrededor. Nos ha matado el vacío, el orgullo, mis palabras hirientes, tus réplicas crueles.

Esto se está acabando sin haber tenido la oportunidad de empezar. Nos conocimos tan profundamente que ahora nos resultamos repugnantes.

Nunca te cambiaría por otra persona, eres irremplazable. Pero me aterra vivir bajo tus amenazas. Todo ha cambiado, absolutamente todo. Eres todo lo que alguna vez soñé tener, pero parece que no era para mí.

lunes, 11 de mayo de 2015

Historias de vida contemporánea

Les llegó el sexo y fueron felices
Les llegó la vida y fueron felices
Les llegó la pobreza y fueron felices
Les llegó un smartphone, dinero y muchos kilobytes y tuvieron su fin.

lunes, 13 de abril de 2015

Manifiesto del publicista

Trabajo en una profesión que lleva consigo un duro lastre, todo el mundo se cree publicista, diseñador. Todos "tienen gusto". Sin embargo ahí vamos, mi competencia es el total de la humanidad.

jueves, 24 de julio de 2014

Decisiones



Escribo en una mesa vieja de coser, mientras pienso en cuántas pisadas habrá soportado su balancín, cuántas prendas de su origen aún estarán colgadas en algún viejo armario de algún pueblo que, por seguridad, sigue existiendo; de una familia que, con seguridad, ya no existe.

Quisiera recordar tantos momentos bonitos, tan bonitos como los besos intensos, tan intensos que se me nubla la mente al intentar entender la verdadera naturaleza de los hechos.

En realidad, piénsenlo, la vida es simple, muy simple; incluso las personas complejas solemos ser así, como paredes.

Puedo decir adiós a diario a todos, menos a mí mismo, qué esencia tan sofocante y perversa. Tal vez tengo un cuervo anidado en mi lóbulo izquierdo, hablando lo que algunos ya saben.

¿Por qué fue tan difícil derribar ese muro? ¡Nada era más simple! Incluso cuando el amor parece esconderse en el baño, está ahí, simplemente oculto.

¡Mujeres de mi vida, las amo sin restricciones!

sábado, 26 de abril de 2014

La mejor cagada de mi vida

En la carretera, viajando de día, uno se topa con cualquier cosa: eventos, emociones, realismo y surrealismo. Es precisamente ese tipo de surrealismo por el que vengo a visitar este blog, mi espacio.

A diez minutos de Ocaña, en la vía Aguachica-Ocaña, el aire nos inundaba los oídos con la canción de la lista de las 756 canciones, repitiéndose como una cantaleta materna. El hambre nos tenía en un estado de insensibilidad; las montañas parecían edificios, los árboles como cuida-carros, y el canto de los pájaros sonaba como pitos de autobús intermunicipal. Nuestro corto paseo carecía de sabor; solo queríamos llegar a nuestro destino final y punto. Al costado derecho, a una velocidad de unos 40 km/hora, un marrano criollo sucumbía, con la lengua fuera y las patas desdobladas, mientras su verdugo estaba empeñado en su muerte. ¡Oh, sorpresa! Junto a él, un puñado de aguacates vivos, maduros y frescos. ¡Debíamos parar! Debíamos ignorar el horrible espectáculo del hombre y comer aguacate, por Dios.

Yuca cocida, aire fresco, una señora con un delantal viejo floripepiado; todo volvía a la normalidad. Las montañas eran montañas, los pájaros cagaban libremente encima de nuestro carro, el perro montañero era tierno y amable, y la continua repetición de frases de Pacho era como un poema de Benedetti. Las 12 horas de viaje tuvieron su recompensa; no había mamón, mango o mazorca que valiera la pena.

Todo es causa y efecto; llegó la cagada, casi en medio de la nada, pero, ¿qué más da? Había que darle paso al esfínter.

- Señora, présteme el baño.
- Claro, mijo, ahí en ese cuarto.

Apaguen la música de su cerebro; sus sentidos jamás lograrán captar la sensación que sentí. Lo juro, no estaba bajo la influencia de la marihuana. El inodoro era más bien una instalación enferma de Dalí, plantado en la mitad del cuarto. Al malcerrar la puerta, entraban tres rayos de luz del sol que amablemente iluminaban el recoveco, dándole ese aire de arte de la gran manzana. Su olor era olor a río, a flor de río, como huelen las gotas de sudor de un bebé. La textura de las paredes podía ser inspiración para la construcción de una iglesia en el cielo; la acústica permitía no hablar para no distorsionar el poco sonido que allí entraba. Créanme, al cagar, solo añoraba estar secuestrado ahí, sentarme a dibujar o a escribir con un lápiz amarillo sin borrador y un cuaderno viejo de apuntes cuadriculado. En la pared, un espejo en forma de retazo; su reflejo daba hacia el infinito. Supuse que en ese cuarto habitaban quizás las almas más puras de la montaña; todo era tan limpio, tan rebuscado. Juro que la yuca, el aguacate y el marrano habían sido fruto de aquella cloaca que daba vida a todo lo que debajo yacía.

Viajé con mis amigos durante 4 días, visitamos lugares hermosos de Colombia, pero jamás olvidaré la mejor cagada de mi vida.

lunes, 24 de febrero de 2014

VIDA

VIDA, DAME LIBERTAD!