lunes, 13 de abril de 2015

Manifiesto del publicista

Trabajo en una profesión que lleva consigo un duro lastre, todo el mundo se cree publicista, diseñador. Todos "tienen gusto". Sin embargo ahí vamos, mi competencia es el total de la humanidad.

jueves, 24 de julio de 2014

Decisiones



Escribo en una mesa vieja de coser, mientras pienso en cuántas pisadas habrá soportado su balancín, cuántas prendas de su origen aún estarán colgadas en algún viejo armario de algún pueblo que, por seguridad, sigue existiendo; de una familia que, con seguridad, ya no existe.

Quisiera recordar tantos momentos bonitos, tan bonitos como los besos intensos, tan intensos que se me nubla la mente al intentar entender la verdadera naturaleza de los hechos.

En realidad, piénsenlo, la vida es simple, muy simple; incluso las personas complejas solemos ser así, como paredes.

Puedo decir adiós a diario a todos, menos a mí mismo, qué esencia tan sofocante y perversa. Tal vez tengo un cuervo anidado en mi lóbulo izquierdo, hablando lo que algunos ya saben.

¿Por qué fue tan difícil derribar ese muro? ¡Nada era más simple! Incluso cuando el amor parece esconderse en el baño, está ahí, simplemente oculto.

¡Mujeres de mi vida, las amo sin restricciones!

sábado, 26 de abril de 2014

La mejor cagada de mi vida

En la carretera, viajando de día, uno se topa con cualquier cosa: eventos, emociones, realismo y surrealismo. Es precisamente ese tipo de surrealismo por el que vengo a visitar este blog, mi espacio.

A diez minutos de Ocaña, en la vía Aguachica-Ocaña, el aire nos inundaba los oídos con la canción de la lista de las 756 canciones, repitiéndose como una cantaleta materna. El hambre nos tenía en un estado de insensibilidad; las montañas parecían edificios, los árboles como cuida-carros, y el canto de los pájaros sonaba como pitos de autobús intermunicipal. Nuestro corto paseo carecía de sabor; solo queríamos llegar a nuestro destino final y punto. Al costado derecho, a una velocidad de unos 40 km/hora, un marrano criollo sucumbía, con la lengua fuera y las patas desdobladas, mientras su verdugo estaba empeñado en su muerte. ¡Oh, sorpresa! Junto a él, un puñado de aguacates vivos, maduros y frescos. ¡Debíamos parar! Debíamos ignorar el horrible espectáculo del hombre y comer aguacate, por Dios.

Yuca cocida, aire fresco, una señora con un delantal viejo floripepiado; todo volvía a la normalidad. Las montañas eran montañas, los pájaros cagaban libremente encima de nuestro carro, el perro montañero era tierno y amable, y la continua repetición de frases de Pacho era como un poema de Benedetti. Las 12 horas de viaje tuvieron su recompensa; no había mamón, mango o mazorca que valiera la pena.

Todo es causa y efecto; llegó la cagada, casi en medio de la nada, pero, ¿qué más da? Había que darle paso al esfínter.

- Señora, présteme el baño.
- Claro, mijo, ahí en ese cuarto.

Apaguen la música de su cerebro; sus sentidos jamás lograrán captar la sensación que sentí. Lo juro, no estaba bajo la influencia de la marihuana. El inodoro era más bien una instalación enferma de Dalí, plantado en la mitad del cuarto. Al malcerrar la puerta, entraban tres rayos de luz del sol que amablemente iluminaban el recoveco, dándole ese aire de arte de la gran manzana. Su olor era olor a río, a flor de río, como huelen las gotas de sudor de un bebé. La textura de las paredes podía ser inspiración para la construcción de una iglesia en el cielo; la acústica permitía no hablar para no distorsionar el poco sonido que allí entraba. Créanme, al cagar, solo añoraba estar secuestrado ahí, sentarme a dibujar o a escribir con un lápiz amarillo sin borrador y un cuaderno viejo de apuntes cuadriculado. En la pared, un espejo en forma de retazo; su reflejo daba hacia el infinito. Supuse que en ese cuarto habitaban quizás las almas más puras de la montaña; todo era tan limpio, tan rebuscado. Juro que la yuca, el aguacate y el marrano habían sido fruto de aquella cloaca que daba vida a todo lo que debajo yacía.

Viajé con mis amigos durante 4 días, visitamos lugares hermosos de Colombia, pero jamás olvidaré la mejor cagada de mi vida.

lunes, 24 de febrero de 2014

VIDA

VIDA, DAME LIBERTAD!

domingo, 23 de febrero de 2014

Escuchar el silencio

Vivo en un mundo extraño. Cada mañana parece una noche, y cada noche, otra noche. Río y amo devotamente, lloro igualmente y amo mucho más.

Supongo que cada cosa contiene su eje, aunque aún no entiendo la forma del eje artístico. Por cada sonrisa, brotan mil lágrimas y llenan una fuente malvada; en el centro, una plaza donde beben los cuervos, sumergidas las calaveras de ellas mismas. Mueren por su propio acto.

Esta vida me dio pánico, amigo loco e irregular, pero al final, nunca nos pasó nada.

Pasear por la vida con los ojos cerrados, vestido de negro, con sombrero y lentes, ¡es tan hermoso! Iluminar los minutos de infarto debe ser tan hermoso.

Vivir sin escuchar el silencio, debe ser tan hermoso.

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿El futuro de lo ilógico?

Tienes las manos empapadas de una valentía aparente; los ojos se pierden entre sí, cada uno parece ser un alma independiente. Andas, caminas, miras un árbol. ¿Qué ves? ¿Vida? ¿Muerte? Tal vez.

Tu rutina baila al son del poder, un poder imaginario, más bien una idea bastarda materializada. La gente fuma, bebe, transfiere, consume. Operarios con voz amplificada. Un cortocircuito en tu oído, el acúfeno es el demonio heredado, un guardián ciego, inerte, pero omnipresente.

Tiras pan, recoges hambre; a los ríos los reemplaza el llanto, al perro el cantor, al cantor la hojalata, el aluminio y el carbono.

¿Sol? ¿Para qué sol, si la mentira lo ha tapado? De un balazo se bajaron a la luna; la aparente calma estalló en formas de plumas muertas.

El amor, el amor mató al mundo.